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Timbre
y escudo heráldico |
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![]() NOMBRE COMPLETO
Sobrenombres:
"el Justo" 2 Titulación extranjera: rey de Francia, delfín de Francia, conde de Barcelona, Rosellón y Cerdeña, vizconde soberano del Bearne INFORMACIÓN PERSONAL
Nacimiento:
27 de septiembre de 1601, palacio de Fontainebleau INTITULACIONES Y MENCIONES:
(6 de enero de 1612)
(28 de octubre de 1615,
Burdeos)
(6 de noviembre de
1617)
(22 de febrero 1620,
París)
(26 de junio de
1624)
(1626) (28 de febrero de
1631)
(abril de 1633)
(julio de 1639, Abbeville)
(18 de septiembre de 1641,
Péronne)
(23 de febrero de
1643)
S.M. don Luis XIII de Francia y II de Navarra fue el XXXVI soberano de Navarra y por mandato imprescriptible de sangre descendiente directo de sus reyes Enneco "Arista" [i], García Ennecones [ii], Fortún Garcés [iii], García Sánchez [v], Sancho "Abarca" [vi], García "el Tembloroso" [vii], Sancho "el Mayor" [viii], García "el de Nájera" [ix], García "el Restaurador" [xiv], Sancho "el Sabio" [xv], Teobaldo "el Trovador" [xvii], Enrique "el Gordo" [xix], Juana "de Champaña" [xx], Luis "el Hutín" [xxi], Juana "de Navarra" [xxv], Carlos "el Justiciero" [xxvi], Carlos "el Noble" [xxvii], Blanca "de Navarra" [xxviii] y Juan "el Usurpador" [xxix], Leonor "de Navarra" [xxx], Catalina "de Foix" [xxxii], Enrique "el Sangüesino" [xxxiii], Juana "de Albret" [xxxiv] y Enrique "el Bearnés" [xxxv]. MATRIMONIO Y DESCENDENCIA:
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ÑÐ
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"(...)
El
regicidio del rey de Francia y de Navarra don Enrique
"el Bearnés", que murió sin testar4 Aprobación de la Cancillería y de los Estados Generales, y ratificación del rey
Los encargados de finalizar la confección del "Fuero Moderno" eran los miembros de la Cancillería de Navarra por un lado, y los miembros de los Tres Estados del Reino de Navarra que resultaron elegidos en 160851.3, entre los que participaron51.37: por parte del estamento eclesiástico el prior de Utziate, el vicario general de Akize, y el excelentísimo obispo de Baiona don Beltrán de Echauz. Por el estamento de la nobleza participaron el vizconde de Echauz, el recaudador real don Joan Etxesarri, el también recaudador real don Domingo Loitegui. Y por parte del tercer estado participaron don J. Diharce, don Bertrand de Colom y don Domingo Jauregui. Igualmente, los comisarios encargados de desplazarse hasta París en busca de la rúbrica del joven monarca fueron el consejero del rey en Navarra don Augusto Galland, y los siguientes diputados de los Tres Estados: el abogado general del reino don David Salies, el maestro de requêtes don Pierre Vidart y el vicecanciller del reino don Pierre de L'Hostal.
La búsqueda del
consenso para el nuevo corpus jurídico no fue sencilla,
ya que los miembros de la Cancillería y los Estados
tenían proyecciones opuestas para la nueva realidad del
mermado reino, muy limitado de recursos a causa de la
reducción de su superficie desde los 11.700 km² a los
apenas 1.300 km² actuales tras la prolongada ocupación
militar por parte de la Monarquía Hispánica desde la
invasión de 1512 de los territorios cispirenaicos y su
incorporación a la Corona de los reyes de Castilla en
1515
[
Contrariamente a
lo ocurrido con la integridad territorial del Reino de
Navarra, parcialmente ocupada por los castellanos, el resto de propiedades pirenaicas
de los monarcas navarros, tales como el vizcondado del Bearne, o los condados de Foix y Bigorra en el Reino de
Francia, no fueron perimetralmente alterados y los
distintos juramentos de vasallaje y reconocimiento sí
pudieron desarrollarse con arreglo a la tradición de
cada demarcación. En el lindante vizcondado soberano del Bearne, S.M. don Enrique II de Albret pudo efectuar en la "Gran Sala" del Castillo de Pau el juramento[
Tras la sanción de
los nuevos Fueros navarros por S.M. don Luis y tras adquirir el articulado carácter de ley, los Tres Estados realizaron una nueva valoración posterior
del corpus legal. Si bien declararon sanos, justos, buenos y convenientes 447 de los 450 artículos que componían el Fuero Moderno37.3, apreciaron la necesidad de reparar 3 artículos en particular.
A tal efecto, a partir del 26 de junio de 1612
[ No obstante, el
síndico del reino6 Campaña militar del rey de Navarra en el vizcondado del Bearne
"(...)
El
vecino vizcondado del Bearne, por otra parte, se hallaba desde
septiembre de 1617 en franca rebeldía contra su señor
tras la aprobación de un edicto
[ El 9 de octubre de 1620 y durante una larga estancia del rey en Burdeos, lugar de destino al que llegó el rey con su séquito tras partir de Poitiers el 9 de septiembre, el monarca fue visitado por dos diputados católicos miembros del Consejo de Pau, el señor Dufaur y a don Pierre de Marca52.192, hijo del noble comerciante don Jacques de Marca, uno de los líderes católicos más respetados del Bearne. Enviados en condición de comisarios desde el cercano Bearne, informaron de primera mano al monarca de la situación generada en aquel vizcondado tras el sentido de la deliberación adoptada por los representantes protestantes del Bearne, contrarios al restablecimiento del culto católico y a la restitución de los bienes confiscados a los católicos. Asimismo, los emisarios dieron cuenta del posible delito de sedición que podía estar cometiendo el protestante don Bernard de Montaut, barón de Benac y senescal de la Bigorra, introduciendo gentes de armas en Pau. Escuchados los dos emisarios el monarca les encomendó retirarse, no sin antes avanzarles su propósito de acudir personalmente a Pau para evitar insubordinaciones y restablecer la autoridad real y el culto católico en el Bearne. El rey junto con su séquito y el regimiento militar que lo acompañaba, la caballería e infantería de su guardia, partió de Burdeos el 10 de octubre con destino a sus dominios de Pau. Durante el trayecto el rey avisó el 13 de octubre de 1620 al abogado general del Consejo de Pau de su pronta llegada a la capital del Bearne. Finalmente, el
día 15 el cristianísimo rey llegó a la capital bearnesa [ El día 19, en
la "Gran Sala" del Castillo de Pau, el rey don
Luis juró los Fueros del
vizcondado del Bearne
[
La notificación del contenido del nuevo
edicto llegó a Navarra el viernes día 30 de octubre, varios días después de su
promulgación, una vez iniciada la marcha de regreso
desde Pau a
Burdeos del monarca y su contingente militar el día 20 36.8,
52.225, sin que
llegaran en ningún momento a internarse en tierras de
Navarra52.192.
El encargado de hacer llegar el edicto a la Cancillería
y Corte soberana de Navarra fue un alto cargo
administrativo, no un cargo militar, y que atendía al
nombre de don Jean Aubéry, señor de Trilport. Natural de la región
de París, el señor Aubéry formó parte del consejo
privado y de los Estados del rey y había sido
enviado a Navarra en calidad de comisario para la ejecución del
edicto. La citada comisión de seguimiento había sido
previamente creada en Pau el día 20
[ Tras una
primera lectura del edicto, los anfitriones navarros rechazaron el
texto alegando la imposibilidad de unificar las
justicias de Navarra con las del Bearne, lo cual venía
recogido en el escrito y era excusa suficiente para
esquivar a primeras de cambio el registro del edicto, y
en consecuencia, también su admisión a trámite. Ante las
súbitas objeciones expuestas por los navarros, el
comisario francés enviado para la ejecución del edicto
no pudo sino volver de Navarra al Bearne con las manos vacías.
Para evitar, eso sí, perjuicios, acusaciones o
consecuencias no deseadas, convinieron por ambas partes
guardar las formalidades y se acordó que los diputados
navarros enviasen por escrito al Consejo las objeciones
esgrimidas para que pudiesen ser respondidas por el
Abogado General de Navarra. Los
navarros conocían desde la intentona fallida de 161652.225
la pretensión de los "Estados Generales de Francia" en reunir varios de los
feudos patrimoniales del rey de Navarra, como lo eran el vizcondado
soberano del Bearne, las alodiales de Andorra, Donezan y
sus tierras dependientes, al Reino de Francia. Sobre
tales propósitos los navarros poco tenían para alegar,
por tratarse de territorios ajenos al Reino de Navarra.
Pero tras percatarse con la notificación recién llegada
que el propio edicto proveniente de Pau mencionaba
expresamente la perpetua e irrevocable unión e
incorporación de la Corona y país de Navarra a la Corona
del rey de Francia, los Estados Generales de Navarra se
reunieron para analizar el alcance de lo promulgado en Pau. Atendiendo al contenido del edicto[ Por un lado,
también se pretendía uniformizar la Justicia soberana
del reino de Navarra, y por ende la actividad de la
Cancillería de Donapaleu, con la del limítrofe
vizcondado del Bearne cuya sede era el Consejo Soberano
del Bearne, surgiendo con la fusión de ambas un único
juzgado o corte, que recibiría la nomenclatura de "Parlement de
Navarre". Pese a llamarse "parlamento", las funciones
ejercidas en el siglo XVII en aquellas instituciones no
eran asamblearias, sino judiciales. La sede de
esta nueva Corte de justicia se fijaría en Pau, allende por lo
tanto de los límites del reino de Navarra, mientras que
la función parlamentaria no sufriría ningún cambio
desarrollándose como hasta entonces, en los Estados
Generales de Navarra, dentro de las fronteras del reino
y con carácter itinerante. Pero el
edicto, a su vez, establecía que el idioma obligatorio en
ese Tribunal de nueva creación, el futuro "Parlamento de
Navarra", debía ser el francés. Esta disposición
lingüística generaba análogo rechazo tanto en el
lindante vizcondado bearnés como en Navarra. Si bien
dentro del Reino de Navarra el bearnés era la lengua
preferente en el ámbito de la justicia desde que se
estableció la Cancillería de Donapaleu como Corte
Suprema de Justicia en 1524, el Fuero Moderno del año
1611 permitía y amparaba la utilización del euskera en
sede judicial. La supresión de la Cancillería de Navarra,
heredera de la Corte Mayor de la época medieval,
y la creación del nuevo tribunal monolingüe en la
capital del Bearne, fuera de las fronteras del reino,
suponía en la práctica la imposibilidad de los bajonavarros a litigar en su lengua materna
y la necesidad de contratar intérpretes. Equivalente
trastorno suponía la nueva normativa lingüística para el
más alto organismo judicial de los bearneses, el
"Consejo Soberano del Bearne" o "Conseil Souverain de
Béarn", que desde el año 1516 venía repartiendo justicia
en lengua bearnesa y se veían abocados a relegar su
lengua materna por la francesa en la nueva Corte del
Parlamento de Navarra. Y por el otro lado, el
edicto también incorporaba una disposición derogatoria,
por la cual todas las disposiciones que estuviesen
vigentes pero que fuesen contrarias a los preceptos del
propio edicto quedarían suprimidas. El malestar de
los navarros provocado por el contenido del edicto de
Pau, pretendió ser rentabilizado por los afines a la
Monarquía Hispánica que en un alarde de oportunismo publicaron en
Zaragoza un opúsculo destinado a los navarros de
Ultrapuertos. La pretensión perseguida con aquella
proclama36.5
era doble: por un lado erosionar la obediencia de los
vascos de Ultrapuertos hacia su legítimo rey S.M. don
Luis, y por otro lado proyectar la Monarquía Hispánica
como un edén de oportunidades y al emperador Carlos V
como garante de las libertades navarras en Castilla y factible
alternativa para los bajonavarros que se sintiesen
desencantados con el edicto de unión del dúplice rey de
Francia y Navarra. De prosperar el artificio, el
emperador Carlos V podría obtener la voluntaria adhesión de la
irredenta merindad de la Baja Navarra al seno de la
Monarquía Hispánica, completando la conquista castellana
iniciada por su abuelo S.M. don Fernando "el Falsario" el año 1512.
Así que en 1620 los bajonavarros y sus instituciones
decidieron oponerse a esta pretendida e unilateral unión
de la Corona y país de Navarra a la Corona del rey de
Francia, y plantaron cara negándose a aceptarla. Que la
pretensión de S.M. don Luis II de reunir Navarra con la
Corona de Francia fuese pacífica y sin violencia
permitió a los bajonavarros ofrecer una respuesta de
desaprobación distinta a la que pudieron plantear los
altonavarros a los castellanos en 115, El planteamiento
de los bajonavarros fue diametralmente
opuesto al acatamiento mostrado por los
regnícola navarros poco más de un siglo antes, en 1515,
cuando tras la conquista militar el rey usurpador don
Fernando "el Falsario" decidió ante las cortes de Burgos
promulgar unilateralmente la incorporación del Reino de
Navarra a la Corona de Castilla
[
Así, mientras que
en 1620 los bajonavarros se valieron de la ausencia de
violencia y de la propia legalidad navarra para evitar
ser anexionados por la Corona francesa, en 1515 los
altonavarros no pudieron articular otra oposición que no
fuese la de negociar que la incorporación a Castilla
fuese en las mejores condiciones posibles, lo que
permitió al menos que Navarra conservase la condición de
reino dentro de la Corona castellana. Sin embargo, los vecinos bearneses sí permitieron la absorción de su "Consejo Soberano del Bearne" por el nuevo "Parlamento de Navarra" de Pau. Semejante contingencia espoleó las pretensiones unificadoras de los franceses, y Navarra fue nuevamente requerida por un nuevo edicto39.2 en junio de 1624 para que propiciase la incorporación de la justicia navarra a la recién formada Corte de Pau [![]()
Entre tanto en España, el 31 de marzo de 1621 había fallecido en Madrid S.M. el rey de Castilla don Felipe III debido a unas fiebres que contrajo en 1619 de regreso de un viaje a Portugal. Le sucedió en el trono de Castilla su hijo el príncipe de Asturias, que adquirió el nombre de Fernando IV. Al igual que el resto de los príncipes de la Casa de Austria S.M. don Fernando IV nunca había sido previamente investido con el título navarro de príncipe de Viana, título desarraigado y desechado por los usurpadores de la Navarra peninsular desde la conquista del año 1512. Pese a ello, la opinión del nuevo rey de la Monarquía Hispánica y de sus adláteres sobre la ilegítima ocupación de Navarra no varió y lejos de reconocer la usurpación del trono del reino de origen vascón, el rey de Castilla seguía haciéndose llamar rey de Navarra y sus afines seguían al acecho para arrebatar a S.M. don Luis II "el Justo" sus legítimos derechos dinásticos sobre el Reino de Navarra a la primera ocasión y mínimo resquicio diplomático que se les presentara. Y esa ocasión pudo llegar en 1625 cuando un legado papal, S.E. el cardenal don Antonio Barberini, viajó hasta París para negociar con S.E.R. el cardenal Richelieu, primer ministro del monarca navarro en el Reino de Francia, la preparación de lo que más adelante será el "Tratado de Monzón" firmado entre franceses y españoles el 5 de marzo de 1626. Se trataba de allanar el camino para una negociación diplomática a través de la cual los Estados Pontificios y la Monarquía Hispánica pretendían que Francia devolviese al papa una zona alpina llamada la Valtelina, una región italiana en la que Francia y España se enfrentaban por extender su influencia y que en 1624 por orden del cardenal Richelieu los franceses en colaboración con los saboyanos arrebataron a las tropas papales que las controlaban en virtud del "Tratado de Aranjuez" del 3 de mayo de 1622 53.124 como garantía de neutralidad. La Valtelina era un lugar estratégico del norte de Italia que permitía las comunicaciones entre las ramas española y austriaca de la Casa de Habsburgo, tradicionales rivales del legítimo rey de Navarra, razón por la que Richelieu trataba a toda costa de hostigar e impedir que la región italiana quedase a merced de los Habsburgo. Su Santidad el papa Urbano VIII, que antes de ser elegido papa en 1623 también había ejercido como nuncio apostólico o representante de la diplomacia pontificia en Francia entre 1604 y 1606, eligió como nuncio papal para la negociación de la paz de la guerra de Valtelina a su joven sobrino de veintiocho años S.E. el cardenal don Francesco Barberini. En las negociaciones de paz el sobrino del papa y nuncio papal, además de representar los intereses de su tío el pontífice, también estaba acreditado como representante de España. Y debio a su condición de nuncio papal además de tener atribuciones estrictamente diplomáticas S.E. don Francesco Barberini también tenía poderes canónicos y espirituales que generalmente solían estar reservados al papa. Sus actos, como todos los actos y bulas papales, eran ejecutables en los dominios del rey de Navarra solo después de que obtuviesen el placet o autorización real del monarca, y luego de la verificación y el registro por parte de los parlamentos del reino 52.345.
Pero las
actividades diplomáticas del sobrino del papa y legado pontificio en
París comenzaron con mal pie. Su oratoria hacía
referencia a una bula del año 1363 llamada "In Cœna Domini",
que predicaba en contra de herejes, piratas y
falsificadores de cartas apostólicas y mencionaba una
serie de excomuniones contra agentes de la autoridad
secular que invadían las jurisdicciones eclesiásticas.
Con ese mensaje, la mención por parte del legado papal a la bula "In Cœna Domini"
fue muy mal recibida en Francia puesto que se entendía
que criticaba la autoridad del rey. Pero realmente la
polémica se desató cuando los registradores franceses se
percataron de que los oficios que les hizo llegar don Francesco
Barberini mencionaba a S.M. el rey don Luis únicamente como
monarca de Francia, omitiendo formalmente el título de rey de
Navarra en su titulación [
Concluida la audiencia, se
encontró un diplomático arreglo por el cual se invocó
una inadvertencia de la cancillería pontificia que
salvaguardaba la condición de S.M. don Luis II como rey
de Navarra, y las facultades del
sobrino del papa como legado pontificio terminaron de
verificarse el 10 de mayo 1625
52.345,
aunque al poco tiempo fue relevado de su cargo.
Finalmente se dio una oportunidad a la paz y el 5 de
marzo de 1626 S.E.R. el cardenal Richeliu en
representación del dúplice rey de Francia y de Navarra,
y el conde-duque de Olivares y primer ministro de S.M.
Felipe IV don Gaspar de Guzmán en nombre de la Monarquía
Hispánica
firmaron en la localidad aragonesa de Monzón el tratado de
paz que puso fin a la Guerra de Valtelina, y por
añadidura, también se consiguió malograr la pretensión
de los españoles de que el rey de Francia dejara de ser
reconocido internacionalmente también como rey de
Navarra.
Posteriormente el "Tratado de Monzón" fue ratificado el
2 de mayo de 1626 en Fontainebleau por S.M. don Luis II
utilizando la dúplice titulación de rey de Francia y de
Navarra [
El
cierre de
la cancillería navarra en 1625 conllevó que los procesos
judiciales, salvo los correspondientes a los tribunales
menores, tuvieran lugar fuera de Navarra, concretamente
en la capital bearnesa8
En vista de que
con el devenir del
tiempo no cambiaban los hábitos lingüísticos de los
navarros ni mitigaba el malestar ocasionado por la merma
de su soberanía procesal, los
funcionarios judiciales hicieron partícipe de la
problemática a S.M. el rey don Luis.
Si bien
el nuevo edicto del rey de 1639 no restituía la soberanía
judicial plena, sí atenuaba notablemente el contenido
del edicto de 1624 contrario a Fuero en tanto que tras
el nuevo edicto el
pequeño reino navarro mantenía la soberanía sobre su
propio régimen, sus fronteras, sus aranceles, su ceca para batir moneda propia.
Igualmente restituía
parcialmente la soberanía sobre la administración de
justicia, excluyendo la correspondiente al grado de
apelación cuyos procesos, más complejos y
especializados, que aunque seguían repartiendo justicia
en nombre del rey de Navarra debían dirimirse allende del reino,
concretamente en el tribunal del "Parlamento de Navarra"
con sede en Pau. Pese a todo, la instalación del
tribunal del senescal en Donapaleu no satisfacía en
plenitud a los Estados y durante la sesión de 1640
insistían al rey que como no había Reino sin justicia
soberana, reinstalase la antigua Cancillería con sus
atribuciones íntegras, tal y como funcionaba hasta la
unión con la justicia soberana del Bearne52.263.
(...)" |
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ENRIQUE III |
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LUIS III |
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LUIS II |
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1610-1643 |
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HERÁLDICA:Su Majestad don Luis XIII de Francia y II de Navarra dispuso de corona real y las armas heráldicas plenas de Francia y de Navarra, cuyas características se detallan a continuación:
● Contorno exterior de los escudo de armas:
● Campo del escudo:
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Notas
2
3
4
5
6
7
8
Relación de entradas
referenciadas:
36.3 Pierre de L'Hostal -
“La Navarre en dveil. Par le Sievr de L'Ostal Vice-chancelier de Nauarre”,
Orthez - 1610
Relación de entradas pendientes de
referenciar: - No existen entradas pendientes de referenciar - |
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